Pintor y grabador holandés, considerado maestro del paisaje idealizado italianizante. Ya en su juventud visitó París y después viajó a Roma donde pasó un largo periodo de su vida para después trasladarse definitivamente a París. Sus paisajes llegaron a ser muy apreciados. Recibió numerosos encargos del Vaticano y de las principales familias de la nobleza. En París cambió su círculo de clientes, y en consecuencia, su estilo. Su faceta como grabador tambíen es importante; se han catalogado 116 planchas. En 1650 se le otorgó un privilegio para publicar grabados, después de lo cual prácticamente relegó la pintura en favor del grabado al aguafuerte.