El presidente de la República, Manuel Azaña, encargó una tirada de los grabados de Goya para conseguir fondos económicos durante la Guerra Civil. Adolfo Rupérez fue Jefe de Estampación de la Escuela Nacional de Artes Gráficas y el autor de estas estampaciones en 1937, estampada con él como Jefe de Taller. Considerada una de las mejor de todas las ediciones.