En las representaciones canónicas de la Virgen como Immaculada Concepción el símbolo de la Luna alude a su papel de Madre Mediadora, de puente entre la tierra y el cielo, entre lo humano y lo divino,
Además en el marco cultural cristiano la Luna tiene un cariz eminentemente femenino frente a la masculinidad del Sol, a quien en cierto modo se subordina, pues el resplandor lunar depende de la luz solar. De igual modo es la relación de María con Dios, su valor y su grandeza no proceden de ella misma sino que le viene dada de Dios.
A partir de LUCAS VAN LEYDEN (1494-1533)
ARMAND DURAN (1831-1905)
Tiraje de finales siglo XIX a partir de la estampa realizada el 1523.
Márgenes con barbas. Muy buen estado de conservación.